sábado, 12 de marzo de 2011

Historias

No es que lo diga yo. Lo dicen todas esas películas que no veo, todos esos libros que he dejado a medio terminar. Debajo de cada piedra hay una persona ansiosa por escribir su gran historia. Se mueren de ganas de codearse con grandes personajes y de vivir grandes aventuras. Soy la excepción que confirma la regla. Mi vida parece más un conjunto de relatos incoherentes que una novela. Los personajes entran y salen de mi vida, sin hacer caso de mi pluma, nunca me son fieles. Pero cómo puedo pedir constancia cuando yo misma soy la inestalibilidad elevada a su máxima potencia... Y en el fondo, es más fácil así. Todo el mundo tiene tiempo de escuchar mis pequeñas historias, pero a nadie le interesa el gran drama de mi existencia. A la gente no le gusta que les digan que hay algo que es más grande que su propio ego.

1 comentario:

  1. Y en cambio, siempre es un buen momento para unir todos esos relatos y hacerlos el prólogo de la gran historia de tu vida. Si egos pequeños no soportarían algo tan grande, busca un ego a medida, alguno hay perdido por el mundo.

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