Tengo unos labios tan grandes que no hace falta mucha puntería para besarlos. Pero si se curva en un NO, se acabó tu historia (Antítesis de Joyce, mis finales se cierran cercando caricias). Sólo necesitas el tacto y olfato necesario para ser de mi gusto.
Y como dicen que un clavo quita otro clavo, me he vuelto dueña de una ferretería y te he crucificado con ellos. Me siento a gusto en el papel de blasfema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario